El fin de un año trae en general un resumen del año que termina y el sueño de las semillas que germinarán en el año que comienza. El fin de año coincide con Semana Santa y Cuaresma, períodos de introspección en que dejamos en nuestro interior las enseñanzas del ciclo que termina desechando las piedras que acumulamos en nuestra mochila anual.
Este ciclo de Cuaresma de este año en particular, generado por ciclos aún mayores dibujados en el Cosmos, se manifiestan en nuestro planeta como un retiro momentáneo de los tres tipos de Energías Integradoras que armonizan nuestra evolución humana. Estas tres Energías : de la Ley, del Amor y de la Inteligencia tienen en la prescencia de sus Maestros Canalizadores un retiro momentáneo antes del Nuevo Gran Ciclo que viene.
En lo práctico, el retiro de estas energías en nuestras vidas se manifiesta como una desaceleración de muchos proyectos personales. Nos vemos estimulados a que nuestras decisiones se vean notablemente influenciadas por nuestros intereses egoístas en vez de la Ley del Amor y la justicia Universal Integradora.
Sin embargo este período es a la vez una tremenda oportunidad de sacar de nuestro interior lo que externamente en estos días está en déficit. El estímulo externo de la Naturaleza puede ser reemplazado por el estímulo interno que proviene nuestra Alma.
Sin embargo en este corto, pero intenso retiro al "desierto" no estamos solos, pues de la Jerarquía de Maestros se asumen roles que permiten mitigar la ausencia de Energía Integradora y es así como le ha sido encargado por primera vez a la Maestra Kwan Yin el rol de protección de quienes necesiten de inmediata ayuda.
En occidente el nombre de Kwan Yin no es conocido, pero esta divinidad conocida y venerada en oriente canalizadora de la energía llamada misericordia; durante este periodo estará trabajando sobre y en el corazón de quien la necesite.
Se invita a quien perciba que no basta la propia fuerza para enfrentar su dolor o el de quienes se ama, que invoque a esta Maestra. Basta simplemente una oración sincera que sin duda será recibida.
La relación con la Divinidad y sus Representantes es una experiencia individual y de cierto modo, salvo en las Iniciaciones, intransferible que está más allá de la fé, más allá del creer o no. Invito al esceptico más recalcitrante a probar que esto no es así, invoca a Kwan Yin y observa que cambios hay en tu corazón y entornos. Invito al devoto de cualquier religión que se una a esta energía que inunda en estos días a toda la humanidad y a aprovechar la coyuntura que esta Semana Santa nos pone frente a nuestra Alma.
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